Lactancia materna y calor: claves para que las altas temperaturas no os impidan disfrutar del momento

Aún queda mucho verano por delante y muchos días de calor. Los expertos señalan que precisamente las altas temperaturas pueden llegar a afectar a la lactancia, dificultando que madre y bebé disfruten del momento de forma cómoda y relajada.

Por eso, si tu lactancia acaba de comenzar o es el primer verano que vives dando el pecho a tu peque, echa un vistazo a estos consejos que te ofrecemos y que te ayudarán a seguir disfrutando de tu lactancia, a pesar del calor.

Ahora, más que nunca, lactancia a demanda

El concepto de "lactancia a demanda" debe primar siempre que optamos por dar el pecho a nuestros hijos, pero en verano se hace más imprescindible si cabe. Y es que debido a que su metabolismo es más rápido que el de los adultos, los niños corren mayor riesgo de deshidratación con las altas temperaturas, por lo que es fundamental ayudarle a reponer con frecuencia las sales minerales perdidas a través del sudor.

Eliminar horarios estrictos y tomas controladas, y ofrecer el pecho libremente y a demanda, evitará que nuestro peque sufra una deshidratación a causa del calor.

Interpretar las señales de sed

Pero además de ofrecer el pecho a demanda a nuestro bebé, también es importante saber interpretar las señales que pueden indicarnos que tiene sed: cabeceo, se lleva la mano a la boca, saca la lengua... Si se producen, deberemos darle una nueva toma evitando que el bebé llegue a llorar.

En verano, con el calor, es normal que tengan más sed y que necesiten más agua, por eso los bebés tienden a aumentar la frecuencia de las tomas añadiendo a las habituales, otras de menor duración y repartidas a lo largo del día.

Además, es conveniente recordar que si nuestro peque tiene menos de seis meses y está recibiendo lactancia a demanda, no será necesario ofrecerle agua en biberón, pues la leche materna está compuesta en un 88 por ciento de agua, por lo que al tiempo que se alimenta también se está hidratando.

Bebé hidratado... ¡mamá también!

De la misma forma que el bebé puede deshidratarse, también las madres pueden llegar a sufrir este episodio si no reponen líquidos con frecuencia. Por eso, durante la lactancia es especialmente importante que la madre lleve una dieta equilibrada y una correcta hidratación, sobre todo en la época de más calor.

Es frecuente que durante la lactancia la mujer experimente más sed de la habitual. Esto es debido a la cantidad de agua que se pierde a través de la producción de leche materna. No en vano, el 88 por ciento de la leche materna es agua.

La madre lactante debería beber aproxidamente entre dos litros y medio y tres litros de agua diarios, algo que seguramente le resultará muy sencillo (especialmente en época de calor) porque el propio organismo se lo pedirá a través de la sensación de sed.

Elige el lugar adecuado donde dar el pecho

Cualquier sitio podría parecer bueno para dar el pecho a nuestro hijo cuando lo demanda, pero si bien es importante saciar de inmediato su necesidad, también debemos comprobar que el lugar sea el más adecuado.

Si la toma te pilla fuera de casa, busca un lugar resguardado del sol y lo más fresco posible. Además, recuerda cubrir la cabecita de tu peque con una gorra, y darle crema de protección solar.

Y si estás en casa, seguro que conoces de sobra las estancias de tu hogar que resultan más frescas y cómodas para disfrutar de la toma sin exceso de calor. Eso sí, en caso de disponer de un aparato de aire acondicionado, recuerda la importancia de no exponer directamente a tu bebé al flujo de aire.

Recuerda que es muy importante que tanto tú como tu bebé os sintáis cómodos y relajados para que la lactancia fluya sin complicaciones. Por eso, el entorno y la temperatura son claves para conseguir esa sensación de bienestar.


Articulo por: www.bebesymas.com


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